Vale, sí… me acabo de inventar lo de infertilipido, y es que hay días en los que una esta más “chistosa” que otros.
Seguramente hayas oído o leído algo así como: “Lipido=grasa=malo”. Y bueno, todo tiene sus matices…
Los lípidos, el colesterol, las grasas y todas esas cosas que nos suenan a “invento infernal” justo después de las comilonas navideñas, no tienen por qué serlo. De hecho, (y aquí me voy a poner un poco “biofreaky”) no podríamos vivir sin ellos.
Los lípidos y concretamente el colesterol, son esenciales para que las membranas de nuestras células mantengan su estructura y función. Esto es, son como unos mini-ladrillitos clave en la construcción de las células, y por tanto de nuestro cuerpo. Pero claro…no todo es tan precioso, y cuando tenemos un exceso lipídico, las cosas empiezan a no ir tan bien (como casi siempre que nos vamos a los extremos).
Y la fertilidad no se iba a escapar de este efecto negativo…
Según un estudio promovido por la embrióloga Rocio Nuñez-Calonge, un ambiente lipídico elevado puede afectar a la futura calidad de los gametos. Dentro de estos lípidos, los triglicéridos serían los de mayor impacto negativo sobre la calidad tanto de espermatozoides como de los óvulos.
En el caso de los espermatozoides, estas pobres células flageladas veían disminuida significativamente su: motilidad, concentración y morfología. Y los óvulos –que no iban a ser menos- también veían disminuido el número que se obtiene por punción.
Así que, si metemos en una cocktelera unos espermatozoides, unos óvulos y unos cuantos triglicéridos de más…puede que sea un duro golpe para la fertilidad.
La buena noticia es que manteniendo una dieta sana y equilibrada podemos evitar este “coktel de la infertilidad” e incluso llegar a controlarlo o disminuir sus efectos.
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